Pude leer un interesante artículo de una persona que se dedica al “marketing para escritores” y después de leerlo tuve sentimientos encontrados, por un lado, un poco de desánimo, de pesar y, por otro lado, un incremento de voluntad para hacer que un hobby cobre un poco más de fuerza y se transforme en algo más profesional.

Al decir desanimo y pesar, me refiero a que pude conocer, a través de esa lectura, de la cruda realidad de las personas que se dedican a vivir de su talento de escribir, de lo difícil y sacrificado que lo es.

Es que como dice el artículo “ahora cualquier persona escribe”, además tiene a su disposición numerosas herramientas y lugares para ello, sobre todo, las redes sociales.

Tenemos un mar de información, tanta que no sabemos por donde empezar y normalmente la mayoría de personas solo consume las redes sociales, que generalmente son opiniones cortas, desordenadas, incluso muchas veces sesgadas, sin sentido y con muchas faltas de ortografía.

¿Cómo se puede competir contra eso, cuando nuestras “opiniones” tienen múltiples párrafos, muchas hojas o son libros completos expresados en cuentos, relatos o novelas?

En el artículo que leí pude enterarme de lo que normalmente lo que puede vivir un escritor en su camino por plasmar en palabras el mundo que crea en su mente, aspectos que no me imaginaba que podrían llegar a atravesar, como por ejemplo, soledad, frustración, cansancio, mucho esfuerzo mental y físico, entre otros sentimientos.

Escribir espontáneamente es muy diferente que dedicarte a ello, a ser un escritor en el sentido completo de la palabra, esto último implica un nivel de dedicación y profesionalismo que no difiere de cualquier otra profesión, primero hay que prepararse para ello, conocer todo lo relacionado con la escritura, no solamente con ortografía o gramática, sino también con las estructuras de escritura de acuerdo a los diferentes tipos de narrativas que existen actualmente.

Los que escribimos por hobby, también tenemos el deseo de ir más allá y escribir algo mucho más completo y profesional, por ejemplo un libro con un cuento o una novela y ofrecérselo a los que les gusta la lectura (que cada vez son menos), hacer que les guste, que disfruten al leerla, que se transporten con su imaginación a ese mundo real o ficticio el cual están leyendo, pero la realidad nos toma de los pies y nos abofetea, despertándonos y haciéndonos saber que nuestro tiempo está ocupado en el trabajo que paga las cuentas, en la vida familiar, en las preocupaciones diarias que hacen que sea difícil concentrarse etc., etc.

Implica exigirse al 200%, ir más allá del límite fisco y mental, aprovechar cualquier agujero del tiempo y llenarlo con al menos una palabra, la mejor arma o herramienta en ese camino es la tranquilidad que unido a la santa paciencia, formara el carácter necesario que debe tener todo escritor.

¿Quiero escribir? ¿Quieres escribir? Tendré que ser la mejor versión de mí mismo en todo, para así optimizar tiempo, tendré que hacer mejor mi trabajo, dar más tiempo de calidad a mi familia, dedicar un tiempo para “desanudar” los interminables problemas económicos y de otro tipo, consumir menos redes sociales, etc.

Así estoy seguro podremos disponer de al menos un pequeño tiempo para empezar, solo al empezar, porque recuerda que luego “tu trabajo”, el que pagara las cuentas, será tús obras de arte pintadas con palabras en el lienzo de muchas vidas.

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