En nuestra actual civilización podemos seguir escuchando o leyendo acerca de temas relacionados con lo sobrenatural o paranormal, eventos que resultan inexplicables por las ciencias establecidas, estos presentan rasgos propios, específicos, que los distingue y apartan de los fenómenos naturales, tanto normales como anómalos.
Según el médico, y fisiólogo francés Charles Robert Richet:
Es característico del hecho metapsíquico, cualquiera que sea, el que parece ser debido a una inteligencia desconocida (humana o no humana). (…) Parece que son debidos a fuerzas inteligentes desconocidas, comprendiéndose en las mismas los sorprendentes fenómenos intelectuales de nuestras inconsciencias. (…) las fuerzas que determinan los presentimientos, las telepatías, los movimientos de objetos sin contacto, las apariciones y ciertos fenómenos mecánicos y luminosos, no parecen ser ciegas e inconscientes como el cloro, el mercurio y el sol. (…) dijérase que están dotados de entendimiento, voluntad, intenciones, que quizás no son humanas, pero que en todo caso se parecen a las voluntades e intenciones humanas. La intelectualidad, o sea la elección, la intención, decisión conforme a alguna voluntad personal, no conocida, constituye el carácter de todo fenómeno metapsíquico.
Richet, Ch.: Tratado de Metapsíquica. Cuarenta años de trabajos psíquicos. Barcelona, 1923, pp. 2 y 3
Los eventos paranormales, normalmente son relacionados con creencias en dioses benignos o malignos, también son relacionadas con poderes sobrenaturales de algunos humanos, por ejemplo, las fuerzas que determinan los presentimientos, las telepatías, los movimientos de objetos sin contacto, las apariciones y ciertos fenómenos mecánicos y luminosos.
Pero qué relación tienen estos “eventos” con la física y específicamente con la Mecánica cuántica, ¿podrá tener alguna relación la física con lo que no se ha podido conocer aun de ella?.
Carl Sagan por ejemplo, incluyó la telequinesis en una lista de:
ofertas de pseudociencia y superstición” que “sería una tontería aceptar (…) sin datos científicos sólidos.
Sagan, Carl (1996). The Demon-Haunted World: Science as a Candle in the Dark (en inglés). New York: Headline. pp. 208-212. ISBN 9780747277453.
Arthur C. Clarke, en su “3ra ley” dice:
Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es totalmente indistinguible de la magia.
Ensayo «Hazards of prophecy: the failure of imagination» («Peligros de la profecía: la falta de imaginación»)
¿Puedes ver adonde deseo llegar?, en los inicios del ser humano, ciertos eventos de la naturaleza eran considerados como mágicos, por ejemplo, el fuego, los rayos, los astros, incluso la muerte.
Tales eventos incomprensibles para el ser humano de ese entonces eran totalmente fuera de lo “normal” incluso fueron adorados dando inicio a las creencias religiosas, pero ahora sabemos que todos esos eventos sobrenaturales de aquellos tiempos solo son parte “natural” de la vida, de lo que somos y del universo.
Hoy nos encontramos en la misma situación con eventos que son incomprensibles para nuestro grado de desarrollo y conocimiento del universo, por ejemplo, ¿no te parece mágico que una partícula pueda estar en 2 lugares al mismo tiempo? (superposición cuántica).
Aunque los saltos cuánticos se consideran extraños e inexplicables, no contradicen las visiones científicas existentes del mundo. La superposición, el entrelazamiento y la teletransportación, sin embargo, producen más extrañeza porque se oponen a nuestro entendimiento del universo.
Por ejemplo, también se sabe, gracias a los experimentos realizados, que el entrelazamiento cuántico de partículas, en el cual los estados cuánticos de dos o más objetos se describen mediante un estado único que involucra a todos los objetos del sistema, aun cuando los objetos estén separados espacialmente. Es decir, el entrelazamiento cuántico explica como un conjunto de partículas (que pueden ser solo 2) entrelazadas están unidas en su existencia, de manera que, aunque existan miles de años luz entre las mismas, el cambio de estado de una de ellas afecta al resto de forma inmediata.
¿Magia?
Basándonos en los 2 ejemplos anteriores, el universo es capaz de realizar proezas que hasta al mismo Albert Einstein le daba escalofríos con solo pensarlo, por ello definió al Entrelazamiento cuántico como “acción espeluznante a cierta distancia”.
A nivel cuántico, el universo se comporta de una manera “diferente” de la que observamos a diario, nuestra esencia es cuántica, por lo cual sería imposible decir que no poseamos las mismas características de lo que estamos hechos; sin embargo, “sería imposible” hasta para la ciencia actual, teletransportarnos, estar en 2 lugares al mismo, mover objetos o simplemente saber lo que piensa otra persona.
Sería comparable a cuando se pensaba que el fuego, el rayo y otros fenómenos naturales no lo eran, cada vez más la ciencia se está encargando de desvelar el gran telón del teatro de la vida, todo está allí desde el principio del universo, nada se crea, nada se destruye, solo se transforma, pero al no comprenderlo, la humanidad llama a estas características “espeluznantes” como lo llama Einstein o como “farsa”, “magia”, “pseudociencia”, “creencia”, “superstición” y una larga lista de términos.
No es para menos, tratar de explicar esto es casi imposible, sin embargo, es real, incluso dado a su actual conocimiento, muchos grupos han mezclado ciencia con pseudociencia, por el ejemplo la “medicina cuántica”, hace uso de este término para lograr acuñar un efecto “milagroso” o sobrenatural a una medicina en donde se incluyen algunos preparados homeopáticos, medicina china o ayurveda (de la India) o curación a distancia.
Todo esto, hace que las personas que no estudian los temas físicos a nivel cuántico vinculen el término “cuántico” como una farsa, creencia o pseudo ciencia, desvirtuando así el verdadero significado y alejando mucho más las “proezas” que el universo puede llegar a realizar, sin tener esta ni un ápice de “mágico”, “sobrenatural” o “divino”.
Todo cae por su propio peso
Este peso es la evolución humana, la ciencia y la cultura, a mayor ciencia, más tecnología que nos permite conocer y explicar los eventos “espeluznantes” o “divinos” con los cuales podemos interactuar, quizá en el futuro, para nuestros descendientes, la telequinesis, la teletransportación, el desdoblamiento u otra “habilidad psíquica” sea parte de la vida diaria y nosotros seremos como los primitivos conociendo al fuego, a su dios “Fuego”.