Ser padre es una valla muy alta, tan alta que unos pocos son los que logran pasarla, otros no hacen el mayor esfuerzo y la gran mayoría ni siquiera lo intenta.

Si nos esforzamos por llegar a lo más alto de esa valla, quizá seremos recordados por nuestros hijos con gratitud, de lo contrario ya sabemos lo que nos espera.

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