Recientemente, pude ver en las redes sociales de que había ocurrido un lamentable suceso con el hijo de una persona que participa activamente en defensa de la democracia y la libertad frente a los seguidores de una ideología destructora.

Se trataba del fallecimiento de su hijo pequeño, sin duda un gran dolor, un dolor el cual no podemos siquiera comprender si no lo experimentamos por nosotros mismos como padres, el dolor que sientes como padre al ver a tu hijo enfermo sin poder hacer mucho, solo sería una pequeña parte en comparación del perderlo.

En el hilo del tweet, pude ver como cientos de personas le expresaban sus más sentidas condolencias y pésame por la partida de aquel inocente niño que murió por causas desconocidas para nosotros que nos encontramos fuera de su entorno familiar, entre políticos y compañeros de “espacios” de redes, todos se confundían en un solo pesar, salvo algunos…

Entre las condolencias, los usuarios manifestaban el deseo de que el alma de aquel inocente niño fallecido sea acogida por Dios y que le diera el “descanso eterno”, además también que Dios les proporcionara a los padres fortaleza para salir adelante en medio de todo ese dolor, pero olvide, que un gran número de creyentes no solamente creen que Dios acoge el alma, sino que también es causante de las desgracias terrenales.

Para muestra pude leer dos tweets en los cuales descargaban su ira contenida en un fanatismo político para hacerles saber a los padres del niño que este había fallecido porque había sido un “castigo de Dios” porque su padre no pertenece a su ideología política, otro le “hacía recordar” que Dios “obra en forma misteriosa”, en otras palabras, que Dios se había encargado de asesinar a un niño inocente por los actos de su padre.

Leí solo dos comentarios de este tipo, pero quizá hubo muchos más iguales y con el mismo mensaje de que es Dios quien se “encarga de las desgracias” como una forma de castigo.

Pude confirmar nuevamente que Dios es un ser nacido de la mente de las personas, un ser humanizado, con cualidades, virtudes y defectos de los que habitamos este planeta, un Dios al cual le han atribuido superpoderes, una inmensa misericordia, pero al mismo tiempo un gran poder de venganza y de no tener misericordia con niños y mujeres, que es capaz de “desaparecer” a toda la humanidad si así lo desea y que incluso podría “ayudar” a todo un ejército a destruir una civilización.

En otras palabras, un Dios creado a la imagen y semejanza de la imperfección humana, un Dios que solo les es útil si se adecua a los intereses de cada persona y el que puede quedar de lado fácilmente si se trata de que cada persona prefiera elegir a sus fanatismos ideológicos o filosóficos.

81

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *