Un día, mientras almorzaba y miraba los edificios, pensaba en las cosas que el ser humano ha logrado en el transcurso de su pequeña existencia, no podía dejar de pensar en que esta vida para cada ser humano es solo un aliento, en el tiempo casi infinito del universo.

Al no ser creyente y no creer en un “cielo”, en el “valhalla” o incluso en un “seol”, podía sentir que mi “existencia” terminaba con la muerte, así como el de todos los seres humanos, independientemente adonde piensen que irán cuando mueran.

Sentí que mi vida, es un granito de arena de una playa de vidas, que continuamente el mar las lleva y las vuelve a traer, reafirmé que, aunque la vida parezca que no tiene sentido, vivirla forma parte de un peldaño de la grandiosa escalera que el ser humano está construyendo para llegar a un futuro el cual tengo fe.

Tengo fe en mí, en los que me rodean y en el ser humano, fe en que somos y seremos aún más grandes, nos amaremos, amaremos nuestra madre tierra, amaremos nuestro universo y lo desconocido que es, pero, sobre todo, tengo fe que en que pronto sabremos el lugar que ocupa el ser humano en este universo.

Somos como el número de lotería ganador que recibe el premio millones de veces.

31

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *