Hace algún tiempo caminando cerca a un parque, me detuve a observar a un grupo de niños jugando. Pude comprobar una vez más que nacemos con la inocencia que un ser humano jamás debería de perder, lamentablemente, no elegimos a nuestros padres, nuestro entorno, ni tampoco la clase de vida con la cual deseamos crecer.
¿Padres, somos dueños de nuestros hijos?, ¿tenemos el derecho de criarlos como queramos?, o como tenemos que hacerlo. Pensemos en los niños como si fuéramos nosotros, los que tuviéramos una nueva oportunidad de ser niños y crecer de nuevo.